Primera fotografía:Area de autocaravanas de Foz
Segunda fotografía:Playa de Porcía
Tercera fotografía:Puerto de Vega
Viaje en Autocaravana por el Norte de España
Hoy es miércoles y como mañana es fiesta en León vamos a hacer un pequeño puente. Así tendremos un día más para disfrutar de nuestros viajes en autocaravana.
Esta vez nos vamos hacia la pequeña localidad costera asturiana de Puerto de Vega. Llegamos tarde y aparcamos en el puerto. Es de noche porque estamos en octubre. Dimos una vuelta por el puerto y tomamos algo en una terraza. Después cenamos en la autocaravana y dormimos en el puerto que era muy tranquilo y se escuchaba el murmullo del oleaje del mar. Experiencia muy curiosa y relajante.
A la mañana siguiente, pudimos apreciar la impresionante belleza del paisaje costero de Puerto de Vega.
De allí nos fuimos a la Playa de Porcía, dónde descubrimos un lugar tranquilo con preciosas vistas al mar Cantábrico, rodeada de vegetación combinando arena, mar y montes. Ideal para pasear y hacer fotografías.
Partimos luego hacia Tapia de Casariego, donde nos quedamos durante el resto del día, paseando por sus calles, playas y puerto. Bello lugar, aunque se aprecia que ya no hay veraneantes y se ven las calles bastante vacías. Dormimos aquí en un área destinada a las autocaravanas. Era un lugar con vistas al mar muy bonito.
El viernes nos dirigimos hacia Castropol, muy cerca de la frontera con Galicia, situado a las orillas de la ría del Eo que lo separa de Ribadeo en Galicia. Bella población rodeada de montañas, bosques y rías ideales para pasear en barco, pescar y observar aves. La ría del Eo fue declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco en 2007.
Tras visitar Castropol nos dirigimos hacia Foz en Galicia. Este destino tiene mucha popularidad entre los autocaravanistas y tenía curiosidad por saber los motivos. Llegamos a la zona del puerto y descubrí con perplejidad que el área para las autocaravanas era inmensa. Calculamos que podría haber unas doscientas autocaravanas. Me quedé muy sorprendida mirando a todos aquellos vehículos y mirando con curiosidad las matrículas para ver de qué país procedían. Pude comprobar que eran franceses, alemanes, portugueses, holandeses y por supuesto españoles entre otros. Aparcamos en un lugar frente a la ría y nos fuimos como siempre a conocer la zona. Había una playa cerca y fuimos hasta allí. Después del paseo cenamos y dormimos allí mismo.
Por la mañana descubrí que una furgoneta tocaba el claxon, avisando que llegaba el panadero con pan recién hecho y dulces típicos para desayunar así como empanadas. Compramos algo que tan buena pinta tenía para el desayuno.
Hacía tanto calor que pasamos la mañana en la playa donde había muchas personas paseando y bañándose. Era una temperatura fuera de lo normal para ser primeros de octubre, pero estábamos allí dispuestos a disfrutar.
Por la tarde nos volvimos a poner en carretera para ver la preciosa costa llamada “Mariña Lucense” de Lugo. Dentro de esta región se encuentran espacios protegidos como la Playa de las Catedrales (Monumento Natural) en Ribadeo. Aunque todas las playas que están al lado de la carretera son bellísimas con zonas de acantilados y arena extensa.
Nuestro siguiente destino es Luarca, llegamos a la hora de dormir y aparcamos al lado del “Parque de la vida” que queremos visitar mañana.
El “Parque de la vida” es un espacio museístico-ambiental de 32.000 m² que combina exposición científica, naturaleza, botánica, fauna y divulgación sobre el universo y el medio ambiente. Tiene exposiciones interiores y exteriores con bosques y jardines de más de 2.000 árboles autóctonos y cientos de especies de plantas. El itinerario al aire libre es de aproximadamente 1,5 km para pasear y observar estaciones meteorológicas, equipos de energías renovables, maquetas espaciales, etc. Tienen maquetas del Apolo XI, Ariane 5 y un observatorio planetario.
Al finalizar la visita nos explicaron una supuesta terapia de salud mental que consistía en sujetar con las manos unas culebras inofensivas. Esta experiencia fue muy sorprendente porque había muchas personas allí que no fueron capaces de hacerlo y aunque me daba muchísimo miedo quise hacerlo y lo conseguí. Fue bastante extraño superar el miedo que sentía.
Ya era domingo y decidimos volver a León. Paramos a comer en un restaurante en Cudillero y vuelta para casa.
En este viaje de 4 días, mi mente ha decidido creer que hemos estado 15 días de vacaciones como mínimo. Es increíble sentir como al estar pensando en otras cosas tan diferentes a las cotidianas nuestro cerebro se resetea y libera dopamina, que es la hormona del placer. Los viajes me hacen sentir feliz.
Ana Rosa González


