Todo parece encajar
hasta que mi torre se derrumba
arrastrando consigo el peso
que cargo por miedo.
Un miedo a soltar
a cargar menos
a caminar más ligera
a descansar.
De repente
abro mi mochila
Esa que recuesto sobre mis hombros
un día sí y otro también
y encuentro en su interior
lo desconocido.
Quizás debería soltar
lo que nunca tendría
que haber sostenido.
María de los Ángeles Díez Rodríguez