Qué hubiera sido es el título de una conocida canción de Karol G. que escuchamos en muchos sitios muy a menudo desde el año pasado. El “hubiera” está en nuestra cultura, en nuestro lenguaje y en nuestro pensamiento. Es una forma verbal (pretérito pluscuamperfecto del subjuntivo) que nos enfoca en el pasado y en circunstancias que no existen.
¿Dedicas tiempo de tu vida a pensar en “si yo hubiera o hubiese”? ¿Para qué? ¿Qué consigues con ello? Para por un segundo y date cuenta lo que produce en ti los pensamientos que contienen “hubiera o hubiese”. Es probable que te produzcan desazón, dudas, inseguridad, tristeza y probablemente culpa. ¿Esto te ayuda?
“Si le hubiera dicho que sí, si hubiera dicho que no, si hubiera esperado, si me hubiera ido, si hubiera elegido A en lugar de B”… tantas posibilidades que surgen ahora, una vez que ya pasó, que ya ocurrió... Todos estos pensamientos suelen surgir con más fuerza cuando sentimos que la consecuencia de alguna acción nuestra, es negativa en el presente, no nos gusta o no se ha dado lo que esperábamos y cuanto mayor es la distancia entre lo que queríamos y lo que hay, más surgen estos pensamientos. Suspendí un examen, ahora es cuando pienso si hubiera estudiado más en lugar de ver el móvil o salir. Alguien sufrió un accidente o murió, ahora es cuando pienso si hubiera hecho / dicho … quizás estaría hoy bien.
Pero cuidado con esto, porque sin darte cuenta asumimos más poder del que tenemos y no somos omnipotentes, una única acción nuestra no es determinante en unas circunstancias que ocurren por un cúmulo de acciones de múltiples actores y un cúmulo de situaciones. En realidad, sinceramente, no podemos saber lo que “hubiera” pasado, quizás “hubiera” seguido pasando la misma línea de acontecimientos o quizás “hubiera” empeorado, nunca lo sabremos porque ya pasó, por mucho que pensemos en lo que ocurrió no lo vamos a poder cambiar, por mucho que queramos que lo que ocurrió fuera diferente, no es posible. Lo siento, no podemos cambiar lo ocurrido.
Sí podemos explorar hoy nuestros sentimientos al respecto, aceptar el dolor o el fracaso por lo ocurrido, para sanar, para que no duela tanto, para aceptar, para aprender de esta lección que nos ofrece la vida, para que la próxima vez que ocurra algo parecido podamos hacerlo un poco mejor.
La mente humana es maravillosa y potente y hasta nos permite cuestionarnos sobre qué otras posibilidades de la vida se habrían dado si las cosas hubieran sido distintas o si se hubiera tomado una decisión diferente a la que se tomó en realidad. De la misma manera nos permite soñar, pensar en el futuro y planificar, que son también acciones mentales sobre algo que no existe.
Podemos ir con nuestra mente al pasado y al futuro para ver posibilidades y esto es un gran don pero es importante que lo usemos bien, que lo usemos para construir y crecer y no para destruirnos y hacernos más pequeños cada vez. Ver posibilidades nos permite ver hacia dónde queremos ir en nuestra vida e intentar hacerlo mejor, cambiar, aprender para ir hacia lo que sí deseamos.
Recuerda que la vida siempre se construye en el presente aunque con la mente podamos ir al pasado o al futuro, sólo construimos hoy, ahora.
Marisol de la Fuente Corredor
