Ansiamos, Jesús, plenitud.
Y a por ella nos lanzamos;
te pedimos,
como Juan y su hermano,
estar en tu reino a tu lado
para obtener los beneficios;
los que otros no han logrado.
Son privilegios de honor,
reconocimiento malsano
porque endurecen el alma.
¿Esa plenitud anhelamos?
Eso que dices, Jesús:
de nuevo ser “bautizados”;
y de servir, de ser esclavos…
¿Qué nos presentas?
No “pillo” esos vocablos.
Oigo a Jesús que me dice:
El amor es lo que cuenta,
el que vives paso a paso:
unas veces sonriendo,
otras trabajando;
y sirviendo a quien te llama
y, porque le amas,
dejando la vida: «esclavo».
El amor es lo que cuenta.
El amor nos plenifica.
El amor sea a quien sea
me lleva más que nunca a tu lado.
¿No es eso lo que quería?
Solo que ahora,
sin privilegios, sin fuerzas.
Por puro amor, a ti y a los hombres,
por siempre, Jesús, a tu lado.
Sor Rosa
Más bien lo veo como una utopía mientras la gente no practique el desapego y el EGO.
Pero es admirable que lo transmitas por qué puede ayudar a muchas personas a reflexionar y despertar.siemore gracias y siempre es bien