Estoy en casa… aparentemente tranquilo. Espero que tú también recuerdes que, pidiendo ayuda, puedes estarlo. Sé cómo te sientes.
Estoy haciendo la cena, unos filetes de pollo rebozados… "qué lujo", pensarás. Pues sí, es un lujazo.
Acaricio a mi gata, que ahora mismo está al lado del ordenador desde el que escribo. ¿Recuerdas la última vez que tocaste a un animal? Pero tocarlo de verdad, sintiendo el calor de su pelaje… No olvides que esto también lo puedes hacer tú.
Pongo un poquito de música para poder amenizar este escrito, que difícil se me hace… y qué fácil a la vez. Porque también he estado ahí.
Pongo la primera lista que me recomienda Spotify y sale Autóctono de Carlos Ares. Te pego un trocito:
Frío que se te corta la sangre, frío que te dan calambres. Frío puede ser que pases, lo que no pasarás es hambre. Tierra de gente transparente y cristalina, que si se alegran de verte la cara se les ilumina, y si no, fácil lo adivinas.
¿Lo escuchas? Si me estás leyendo, pon esta canción ahora mismo. Venga… ¡hazlo! Y piensa en todas esas personas que pueden estar pasando por el mismo momento que tú y escúchala por ellos.
Fíjate que, de todas las personas que colaboramos en este blog… 12 si no me equivoco… no me he atrevido a pedirle a ninguno que escriba sobre lo que hoy me trae aquí: el Día Mundial de la Prevención del Suicidio.
No me voy a poner a dar tips para hacer de esto un lugar de venta de cosas que a muchos les puede ir bien, pero a otros tantos no.
Solo te invito a quedarte a este lado de la vida, y hagamos el trato de que entrarás de vez en cuando en este blog, de que nos leerás, dejarás algún comentario y de que, si la cosa se pone muy chunga, nos llames por teléfono (987876006).
Seguramente no tengas ni ganas de salir de la cama, y mucho menos de leer. Noches sin dormir, escuchar música, llamar a un teléfono… porque (creo) que la soledad que te está llevando ahora mismo te impide ver más allá.
Pero oye… ¿qué pierdo yo en intentarlo?
Solo te puedo decir que, si estás leyendo esto: gracias.
Gracias porque, desde este otro lado de la vida… la vida es posible.
Marcos Rodríguez Tranche